En marzo leí en mi club de lectura con mis amigas el libro de “Primera Persona” de la autora Margarita García Robayo, dentro de esos ensayos aborda diferentes temas como la sexualidad, la salud mental, la maternidad, las relaciones familiares, la escritura y el feminismo. Son textos que te hacen profundizar más en cuestionamientos propios y de la sociedad, pero sobre todo que te hacen reflexionar sobre tus creencias y pensamientos.
Llegué a un punto en el libro donde la autora te lanza una serie de preguntas, que fueron para mí un detonante a pensar en mis respuestas y también a seguir cuestionando muchas otras cosas, las preguntas siguen todavía dándome vueltas en los momentos menos pensados, van y vienen como las olas del mar, se acercan de a poquito, me cuestionan y luego regresan por donde vinieron, tranquilas, dejándome inquieta con mis intentos por responderlas.
El otro día se me ocurrió que mi debilidad no es ser mujer, sino ignorar qué clase de mujer soy. ¿Habrá quién lo sepa? ¿Una se parece más a sus actos o a sus pensamientos? ¿Cuántos pensamientos caben en un acto? ¿Cuántas mujeres caben en un cuerpo? ¿Cuántas en una vida? ¿Estoy dispuesta a abrazarlas a todas?
—Margarita García Robayo, Primera Persona
Esas preguntas rondan mi mente desde entonces junto con otras y conforme pasa el tiempo la lista sigue creciendo, de ser solo unas cuantas pasaron a ser una lista de más de 25, así que el otro día me puse a escribirlas todas en mi cuaderno, como parte de un ejercicio de escritura y aquí te presento una parte.
Lista de preguntas que me quitan el sueño
¿Cuántas lágrimas he llorado en estos 30 años?
¿Cuántas veces me han roto el corazón?
¿Cuántas veces me he reído hasta las lágrimas?
¿Cuántas veces me ha detenido el miedo?
¿Cuántas veces he sufrido ataques de ansiedad sin saberlo?
¿Cuántas veces las tormentas eléctricas me han quitado el sueño?
¿Cuándo se termina el duelo?
¿Soy una escritora de verdad?
¿Se puede ser escritora sin haber escrito un libro?
¿Escribir es un trabajo?
¿Cuántas veces he pedido perdón?
¿Cuántas versiones mías he visto pasar?
¿Qué es el amor?
¿Qué no es el amor?
¿Qué nos inspira?
¿A dónde se fueron algunos de mis sueños?
¿Hay vida después de la muerte?
¿Quiénes somos cuando estamos a solas?
¿A dónde voy?
¿Cuál es ese lugar a donde volvería sin pensar?
¿Viajar es huir de algún lugar sin saberlo?
¿Una persona puede ser una canción?
¿Por qué me duelen heridas que creía cerradas?
¿A dónde voy cuando cierro los ojos?
¿Todas estas preguntas tendrán respuesta real algún día?
Mi lectura del libro de Margarita García Robayo coincidió con que días después tuve la oportunidad de escucharla hablar sobre sus procesos de escritura, me pareció importante poder escuchar de su propia voz las respuestas a las preguntas que le hacían, me di cuenta de que ella también atraviesa muchas de las dudas que me rondan mientras escribo y descubrí que son dudas que muchas de las que escribimos tenemos, dijo cosas muy importantes que se quedaron en mí, incluso de ahí surgieron nuevas preguntas relacionadas con mi escritura.
¿A quién le escribo?
¿Para qué lo escribo?
¿A dónde quiero llegar con lo que escribo?
¿Qué me detiene a contarle al mundo lo que estoy escribiendo?
¿Por qué me aterra que me lean?
¿Me da miedo ser juzgada?
¿Y si sale mal?
¿Y si sale bien?
¿Qué pensará la gente que me conoce?
¿Hay otra forma mejor de entender la vida que la escritura?
“La escritura se nutre de la vida, de lo que pasa todos los días”
Margarita García Robayo
La lista de preguntas que nos hacemos a lo largo de los años siempre va creciendo, quizás a veces no nos detenemos a escribirlas y darnos cuenta de todas ellas, pero están ahí, al acecho, esperando el momento en que comiences a dudar para saltar sobre ti e inundarte con cuestionamientos.
He aprendido a escucharme y a poner atención a todas esas preguntas para saber de donde vienen, las dudas, los miedos, todo lo escribo y muchas veces esas preguntas las trabajo en terapia, incluso algunas relacionadas con mi escritura las he hablado en esos 50 minutos con mi psicóloga, porque escribir desde lo más profundo de ti también significa removerlo todo, pero entiendo que es parte de ir abriendo camino para estar aquí, más firme que nunca.
Poder cuestionar todo, desde la vida, nuestras creencias, lo que sentimos, nuestras experiencias, es una de las mejores formas de aprender, de abrir la mente más allá de lo que somos y queremos.
Si tienes dudas, pregunta, aunque sea a ti misma/o.

Cuéntame si tú también tienes una lista de preguntas que siempre andan por ahí, si es alguna en específico o cosas que piensas por un segundo y luego desaparecen, también puedes contarme qué haces con esas preguntas, las escribes, las escuchas, lo platicas con alguien o solo las dejas ir.
Gracias por estar aquí y por leerme. Esta última semana hemos crecido mucho y te agradezco infinitamente por sumarte a este espacio hecho con mucho cariño.
¡Nos vemos en la próxima carta!
—Eli ✨
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Preguntas indispensables. Horas, días, años de reflexión! 🌸
Me dejaste súper pensando, definitivamente tendré que hacer mi lista y wow con algunas de las preguntas que planteas, me quedé en shockkk